Las directivas europeas de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y sobre diligencia debida de las empresas en sostenibilidad (CSDDD) están firmemente en la mente de todos (ya sea positivamente o no). Pero por muy importantes y un paso en la dirección correcta que sean: ¡el ESG y la sostenibilidad van más allá de la implementación y el cumplimiento de CSRD y CSDDD únicamente!
“Las normativas son un medio impulsor para la adopción de comportamientos sociales ESG”, indica Alejandro Chiappe, Socio líder de Advisory Services y referente de Sustentabilidad & ESG en Grant Thornton Argentina. “Ayudan a la normalización e implementación de los conceptos brindando transparencia en la comunicación de la empresa con la sociedad en la que está inmersa. Los distintos actores sociales valoran mucho el intangible ESG”.
Las prácticas empresariales sostenibles de tu empresa requieren que pienses de manera diferente sobre las consecuencias de sus operaciones. Además de las razones éticas para centrarse en la sostenibilidad, también existen (múltiples) razones estratégicas que fundamentan el cambio a una forma más sostenible y responsable de hacer negocios.
Por ejemplo, podés mejorar la reputación de tu empresa (vemos una fuerte preferencia por empresas y productos sustentables, especialmente entre los consumidores más jóvenes), es posible reducir los costos operativos -utilizando la energía de manera más eficiente- y las instituciones financieras y los inversores miran cada vez más el desempeño en sustentabilidad de las empresas para tomar sus decisiones de inversión.
"Las empresas que no son alcanzadas por la CSRD y la CSDDD, pueden encontrar otros impulsos para dar los primeros pasos en el mundo ESG. Entre estos, se encuentra la integración de empresas más pequeñas en la cadena de producción y valor de empresas alcanzadas efectivamente por la normativa o políticas corporativas. Tal como ocurrió con el desarrollo de proveedores: las corporaciones o empresas más grandes alcanzadas por el régimen de información facilitarán a las más pequeñas alternativas de financiamiento, capacitación y mayor volumen de negocios que permiten encarar estos proyectos", comenta Chiappe.
En el ámbito del derecho corporativo, observamos que los criterios ESG desempeñan un papel cada vez más importante en la gobernanza de las empresas. La sostenibilidad está cada vez más oficialmente arraigada en la empresa. Pensá, por ejemplo, en la inclusión de disposiciones sostenibles en los estatutos sociales, de acuerdos sostenibles entre accionistas en los pactos de accionistas y las cuestiones relacionadas con el cumplimiento normativo asociadas a ellos.
Pero también: el efecto derrame de las obligaciones y riesgos derivados de la legislación CSRD y CSDDD hacia las empresas más pequeñas. Si hacés negocios con grandes empresas europeas que entran directamente en el ámbito de aplicación de esta legislación, seguramente ya lo habrás notado en las negociaciones y en cualquier cambio contractual que las grandes empresas implementen o intenten implementar.
Y hay muchos ejemplos (internacionales) de accionistas activistas que dejan claro que las prácticas empresariales sostenibles, en su opinión, no pueden ir lo suficientemente rápido y lejos.
Las empresas deben tener en cuenta que la forma de trabajar e implementar los principios sostenibles está bajo escrutinio. Con todas las consecuencias (legales) que ello conlleva.
Los RRHH sostenibles se centran en crear un ambiente de trabajo que promueva la salud, el bienestar y el desarrollo de los colaboradores. Pensá en el trabajo flexible y/o híbrido, la diversidad e inclusión y en ofrecer formación y educación centradas en la sostenibilidad.
“La evidencia marca que las prácticas sustentables no solamente influyen positivamente en el ámbito laboral, sino que generan mejores resultados en el desempeño organizacional”, señala Matiana Behrends, Socia de Advisory Services de Grant Thornton Argentina. “El trabajo flexible ha demostrado tener un impacto positivo en el desarrollo de mujeres líderes, así como la diversidad etaria contribuye a mejores resultados en equipos directivos, entre otros ejemplos”
Además, hay que tener en cuenta que, sobre todo, las generaciones más jóvenes consideran la sostenibilidad como una prioridad a la hora de elegir un empleador. En el mercado laboral actual, es prioritario para una empresa centrarse en la sostenibilidad y estar atento a la evolución. En nuestra práctica del derecho laboral, hemos visto este punto de inflexión desde hace algún tiempo y, por lo tanto, desde el punto de vista jurídico es un punto de atención.
“Este es también es un aspecto crítico a la hora de retener talento. Si las generaciones más jóvenes perciben que la actuación de su empleador está realmente comprometida con los valores ESG, se sentirán parte activa de una causa noble y apreciada identificándose muy fuertemente con la empresa y sus valores”, agrega Chiappe.
La contratación consciente, también conocida como contratación sustentable, consiste en incorporar principios de sustentabilidad en negociaciones y acuerdos. A la hora de ejecutar contratos redactados de manera sustentable, se considera, no sólo los beneficios económicos, sino también el impacto de los acuerdos celebrados entre las personas en la sociedad. Los contratos se caracterizan, entre otras cosas, por el uso de un lenguaje más sencillo (y, por lo tanto, son fácilmente legibles para personas que no han cursado la carrera de Derecho).
“Este tipo de medidas resultan inclusivas, ya que permiten a colaboradores con diversos niveles educativos comprender con más certeza y claridad su vínculo laboral. Estos valores de transparencia y de trato justo son características que los profesionales valoran a la hora de elegir una empresa en la cual desarrollar sus carreras”, comenta Behrends.
Los contratos laborales son especialmente adecuados para esta forma de contratación, pero en nuestra opinión también otros contratos y relaciones se benefician de ella. A finales de este año (2024), publicaremos un artículo sobre este tema. En él, profundizaremos en las ventajas de la contratación consciente.
Además de las consideraciones legales, también existen varias razones fiscales para que tu empresa se centre en operaciones sostenibles.
Los impuestos sostenibles consisten en aplicar estrategias tributarias que no sólo cumplan con la legislación, sino que también contribuyan al desarrollo sostenible. Esto se puede hacer, por ejemplo, fomentando las inversiones en tecnologías verdes o apoyando proyectos sociales a través de beneficios fiscales.
“Si bien en Argentina, las recientes reformas tributarias que encabezan la agenda fiscal actual no se centran en ESG, debemos destacar que gran parte de ellas persiguen como objetivo final crear las condiciones que permitan fomentar inversiones en proyectos de desarrollo de sectores como el turismo, foresto-industria, infraestructura, minería, tecnología, energía y petróleo y gas, favoreciendo el posicionen de nuestro país como nuevo proveedor en mercados globales” destaca Julia Adano, Socia líder de Impuestos de Grant Thornton Argentina.
“Por lo que además de la incorporación de factores ESG como consecuencia de las demandas corporativas internacionales por el cumplimiento de ciertas normas y estándares, la perspectiva es que esta tendencia se afiance en Argentina si tenemos en consideración que cada vez más los actores económicos apuntan a estrategias sustentables a la hora de dirigir sus inversiones. En este contexto es de esperar que el Fisco incorpore nuevas y más regulaciones que contemplen el otorgamiento de beneficios fiscales a quienes alineen sus estrategias de crecimiento con estos factores”.
Los ejemplos anteriores de sostenibilidad legal no son, sin duda, los únicos. La sostenibilidad y los criterios ESG también desempeñan un papel cada vez más importante en el derecho del consumidor y el derecho comercial internacional. Es de suma importancia que tu empresa actúe de forma proactiva y desarrolle estrategias que fomenten la sostenibilidad. Esta voluntad desempeña un papel importante en el cambio que estamos realizando como sociedad en el campo de la sostenibilidad.
“En Grant Thornton Argentina, contamos con un equipo multidisciplinario, experiencia en proyectos de ESG y alianzas con instituciones del sector. Esto nos permiten brindar una mirada integral a nuestros clientes, acompañándolos en sus procesos de adecuación a las nuevas prácticas del mercado y brindarles perspectivas innovadoras que impulsen su desarrollo sostenible”, destaca Alejandro Chiappe.
Está claro que la sostenibilidad y los criterios ESG abarcan más que el mero cumplimiento de normativas como la CSRD y la CSDDD. Se trata de integrar estos principios en todos los aspectos de las operaciones comerciales y reconocer la responsabilidad que tienen las empresas con la sociedad en su conjunto y con el clima en particular.
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"Las empresas que no son alcanzadas por la CSRD y la CSDDD, pueden encontrar otros impulsos para dar los primeros pasos en el mundo ESG. Entre estos, se encuentra la integración de empresas más pequeñas en la cadena de producción y valor de empresas alcanzadas efectivamente por la normativa o políticas corporativas. Tal como ocurrió con el desarrollo de proveedores: las corporaciones o empresas más grandes alcanzadas por el régimen de información facilitarán a las más pequeñas alternativas de financiamiento, capacitación y mayor volumen de negocios que permiten encarar estos proyectos", comenta 
“La evidencia marca que las prácticas sustentables no solamente influyen positivamente en el ámbito laboral, sino que generan mejores resultados en el desempeño organizacional”, señala 
“Si bien en Argentina, las recientes reformas tributarias que encabezan la agenda fiscal actual no se centran en ESG, debemos destacar que gran parte de ellas persiguen como objetivo final crear las condiciones que permitan fomentar inversiones en proyectos de desarrollo de sectores como el turismo, foresto-industria, infraestructura, minería, tecnología, energía y petróleo y gas, favoreciendo el posicionen de nuestro país como nuevo proveedor en mercados globales” destaca 